Dicen que la práctica hace al maestro, pero es cierto que para desarrollar cualquier habilidad, para llegar a ser competente en un trabajo, primero debemos aprender sobre la parte teórica. Es decir, aunar conocimientos para poder encontrar una manera de ponerlos en práctica de la forma más eficiente. Claro que podemos ser autodidactas y aprender por nuestra cuenta, a base de ensayo y error, pero esto nos costará muchísimo más tiempo y esfuerzo. La formación es imprescindible para poder desarrollar cualquier oficio, incluso aquellos que son más prácticos. Por eso, las escuelas y universidades se afanan en crear los mejores proyectos didácticos para ensayar a sus alumnos todo lo necesario a la hora de ponerse manos a la obra. La preparación es fundamental, aunque tampoco debe ser lo único que se tenga en cuenta a la hora de escoger a alguien. Porque tras aprender los conceptos, la práctica debe ser el siguiente paso importante.

Hay oficios en los que podemos aprender todo lo necesario en apenas unas semanas, y otros cuyo aprendizaje dura eternamente, porque siempre hay algo nuevo. El de la prostitución es uno de esos oficios peculiares que en algunos casos incluso se vuelven marginales. Todavía pesa una gran carga moral sobre el trabajo sexual, tanto es así que en muchos países del mundo está prohibido. Eso no significa que no se lleve a cabo, de manera clandestina en muchos casos, con lo que eso significa sobre todo para las propias trabajadoras sexuales. Ellas se ven inmersas en este territorio hostil y muchas veces optan por este trabajo por pura necesidad. Luego también están las redes de tráfico sexual que obligan a muchas mujeres en situación de vulnerabilidad a prostituirse, lo cual supone un delito sencillamente intolerable. Pero en países como España, el número de mujeres y chicas jóvenes que entran en la prostitución por voluntad propia cada vez es mayor. Incluso hay asociaciones formadas por esas trabajadoras, que tratan de velar por la seguridad y las buenas condiciones de este sector olvidado por todos. En Barcelona llegó a abrirse en su momento una escuela de prostitución, un lugar en el que se daban cursos a las prostitutas para mejorar en su trabajo. La polémica, por supuesto, estaba servida.

Un trabajo muy demandado

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La prostitución sigue siendo hoy día uno de los trabajos más demandados en la mayoría de países. Puede parecer irónico, porque en muchos de ellos es ilegal, o al menos, no está considerado como un oficio con todas las de la ley. En España, sin ir más lejos, su situación es bastante difusa. No se considera un delito, aunque algunas ciudades han creado ordenanzas municipales que sí que persiguen la prostitución callejera. Se multa a los clientes, pero también a las chicas que ofrecen sexo a cambio de dinero. Es un intercambio mercantil como otro cualquiera, solo que la prostitución siempre ha estado velada por la moral sexual. En los tiempos que corren, la demanda de este tipo de servicios sigue siendo muy alta, y el trabajo nunca falta para estas chicas.

Aprender a ser una buena prostituta

Se está dando un fenómeno que podría sorprender a muchos de los que no estén tan al día de la realidad en las calles: el de las jóvenes universitarias que se prostituyen. Chicas de veinte años, con mente abierta y ya bastante experiencia sexual, que deciden optar por esta alternativa para ganar un dinero extra. Aprovechan su punto de máxima belleza y sensualidad para encontrar clientes más maduros que paguen bien por sus servicios. Para ellas, este tipo de encuentros sexuales no significan nada más allá de tener intimidad con un hombre, que además le va a pagar una buena suma de dinero. Una escort joven puede llegar a ganar más de 200 euros por hora, así que con solo un par de clientes a la semana ya podría vivir tranquilamente de ese “otro oficio”. Pero en el mundo de la prostitución hay de todo, y lo que más abundan son las mujeres en situaciones vulnerables que ven este negocio como tabla de salvación.

Sin embargo, al ser un negocio que sigue estando tan en la sombra, muchas mujeres ni siquiera saben por donde empezar para trabajar como prostituta. Ofrecen sus servicios, por supuesto, pero no saben cómo poner una tarifa, ni cómo defenderse ante los clientes abusadores. El objetivo de la Escuela de Prostitución que se abrió en Barcelona hace unos años era precisamente formar a las mujeres que libremente decidieran entrar en este sector. Darles cursos de todo tipo para que fueran unas mejores prostitutas. Desde salud sexual hasta defensa personal, pasando por finanzas, derechos laborales o aplicación de masajes. Todo un compendio de saberes y prácticas para conseguir mejorar en este negocio y hacer de él una buena forma de vida.

Asociaciones de trabajadoras sexuales

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La idea de crear estos cursos surge en una Asociación de Defensa de Trabajadoras Sexuales radicada en Barcelona. La ciudad condal es uno de los epicentros de este tipo de servicios en el sur de Europa, un lugar en el que el sexo se ve de una forma bastante más abierta. Lo cierto es que en una legislación como la española, la prostitución está fuera de la legalidad, y salvo encuentros en plena calle, no suele ser denunciada. Cosa distinta es encontrar un burdel con chicas obligadas a prostituirse, lo cual sí que supone un delito bastante grave y sancionable. Las asociaciones de trabajadoras sexuales tratan de equiparar los derechos laborales de las prostitutas con los de cualquier otro trabajador, para tener igualdad de condiciones en todos los sentidos.

Estas asociaciones están formadas por trabajadoras y ex trabajadoras sexuales, que son ayudadas además por expertas en violencia de género, psicólogas y abogadas. Todo para defender esos derechos que, al estar al margen del sistema laboral, no pueden poseer. A la hora de perseguir la prostitución casi siempre se comete el error de atacar al eslabón más débil, que son precisamente esas chicas que están en esto por pura necesidad. Mujeres extranjeras que no tienen muchas oportunidades de prosperar en nuestro país, y terminan viéndose obligadas a entrar en este negocio. De hecho, las asociaciones de prostitutas no solo luchan para que la situación de las chicas se legalice, sino que también ayudan a aquellas que quieran salir de esta situación. No se hace apología de la prostitución como tal, sino que se busca otorgar ayuda a quien la necesita.

La legalidad de estos cursos

Al no ser legal como tal la prostitución en España, estos cursos siempre han estado rodeados de mucha polémica. Se habla de un delito de enaltecimiento de la prostitución, cuando en realidad estas trabajadoras solo tratan de ofrecer ayuda a las chicas que están en una situación complicada. Evidentemente, la formación no está reglada porque no hay una sola autoridad educativa que vaya a respaldar este tipo de cursos. Sin embargo, pueden ser realmente útiles para las mujeres que se dedican a la prostitución, conociendo mucho mejor su situación y ayudándolas a mejorarla.