¿Quién no ha oído hablar del Barrio Rojo de Ámsterdam? Probablemente al pensar en estos canales y callejuelas repletas de bares y chicas de compañía, los clientes más asiduos al negocio de la prostitución no pueden más que fantasear con visitarlo algún día. De hecho, se trata de una de las zonas más conocidas de la ciudad, y no son pocos los turistas que la visitan buscando disfrutar de su ambiente y, por supuesto, de sus exuberantes mujeres.

Lo que no todo el mundo sabe es que en España también hay zonas que podrían ser consideradas como barrios rojos. Sin ir muy lejos, en uno de los mejores foros de putas de nuestro país, los usuarios hablan de un lugar en la ciudad de Madrid en el que cumplen todas sus fantasías sexuales, aunque también se habla de la preocupación que algunos sienten tras sus encuentros.

Se trata de un lugar caracterizado por la abundancia de prostitutas que habitan en él y, más concretamente, en dos de sus edificios. Hablamos del Paseo de las Delicias de Madrid, una calle que guarda más de treinta burdeles clandestinos. Pero ¿realmente pueden los clientes disfrutar de un encuentro en uno de sus dos edificios sin poner en riesgo su salud?

Estudiar una carrera sigue siendo hoy en día una de las mejores formas para afrontar este incierto futuro con algo de garantías. Y es que la formación, además de ser algo básico en la vida de cualquiera persona para poder desarrollar luego un buen trabajo, se ha convertido también en la llave que nos puede abrir las puertas de una vida mejor en el futuro. Asegurarnos un buen sueldo, con un buen puesto de trabajo, no es sencillo en los tiempos que corren, y es por eso que la mayoría mira con lupa las opciones que tiene para estudiar algo en la universidad, sobre todo de cara a las salidas que esa formación les pueden dar, de cara al mercado laboral. Aunque ya hemos comprobado en estos últimos años que uno no puede saber con exactitud qué pasará de aquí a un lustro, tener una buena formación siempre ayuda para afrontar con mayores garantías el futuro.

Es la pandemia del siglo XXI, la que nos ha colocado en una situación inverosímil que hemos visto millones de veces en las películas y series de televisión, pero que ahora estamos viviendo en nuestras carnes. Con miles de fallecidos en todo el mundo  y el número de afectados elevándose hasta el medio millón, el virus Covid-19 está expandiéndose a todo el mundo y ya hay pocos países que puedan enorgullecerse de haberse librado de esta pandemia, que por supuesto, llegará también a ellos tarde o temprano. La situación ha sido tal que muchos gobiernos se han visto rebasados por el verdadero potencial del virus, y han tenido que tomar decisiones desesperadas, mal y tarde. El confinamiento, el cierre de fronteras, son situaciones que jamás se habían vivido… hasta ahora.

La glucosa o el nivel de azúcar en la sangre representa una fuente importante de energía para las células del cuerpo humano, siendo parte fundamental como combustible principal del cerebro. Y cuándo el nivel de glucosa es bastante elevado se genera en el páncreas un problema relacionado con la secreción de insulina. Es en este momento en el que se genera la diabetes.

La insulina es la hormona que se encarga de mantener los valores adecuados de glucosa en la sangre. De esta forma, esta enfermedad hace que la insulina necesaria para mantener estos niveles normales sea escasa o no se use de forma adecuada, derivando en la incapacidad que tiene la hormona de entrar en las células para ser utilizada como fuente de energía y provocando así la hiperglucemia. Con el tiempo este exceso de glucosa en la sangre va trayendo efectos negativos a la salud, principalmente en órganos como el corazón, los riñones o las arterias.